El después

Still Standing Online Magazine

Manual para sobrevivir la pérdida de un hijo

(compilación de cosas dichas por madres que han vivido la muerte de un hijo)

traducción de Cheli Blasco

No te disculpes.

El duelo no tiene pautas.

Habrá quien, con las mejores intenciones,te haga algún comentario ignorante e hiriente. Intenta ignorarlo.

Rodéate de gente con quienes estás cómoda.

No te sientas obligada a participar en eventos sociales.

Llora.

Grita.

Crea todas las memorias que puedas con tu bebé.

Si tienes la oportunidad, hazle fotos, vístele, mírale.

Sé amable contigo misma.

No permitas que nadie te marque los tiempos del duelo.

Intenta ser sincera acerca de cómo te hacen sentir ciertas situaciones o ciertas cosas que la gente te dice.

Respira.

Pide y acepta muchos, muchos abrazos.

No temas cuando una sonrisa aparezca en tu cara por primera vez. Mereces ser feliz.

No estás sola.

Colecciona cosas que te recuerden a tu hijo.

Busca señales de tu peque desde su lugar en el mundo.

Enfádate.

Abraza el dolor, bestia horrible que es. No será siempre así de despiadado.

Busca destellos de esperanza. Cuando los encuentres, no los dejes ir.

No hay formas correctas o incorrectas de vivir el duelo.

Sé paciente contigo misma. El duelo es trabajoso.

Habla de tu hijo con todos quienes te escuchen.

Acepta ayuda, permite que otros te alimenten y te cuiden cuando lo ofrecen.

Anímate a pedir ayuda.

No es tu culpa. Eres una madre maravillosa.

Arma un cuadernillo o una cajita con recuerdos y fotos que tengas de tu peque.

No te tormentes si lidear con las cenizas del cuerpo de tu hijo o visitar la tierra donde reposa su cuerpecito se torna insoportable. Este sentimiento no durará por siempre.

Los hombres viven el duelo de manera diferente. Simplemente, es así.

Encuentra redes de apoyo que te sirvan, ya sean grupos locales, foros por internet o amigos.

Cuando estés lista, deja partir al enfado y la tristeza. Siempre amarás a tu hijo.

No te sientas culpable si al principio no lloras. Estás en estado de shock. Las lágrimas vendrán. Cuando lo hagan, déjalas fluir. No será siempre tan fuerte el dolor.

Cuando te preguntes si lo que sientes es “normal”, recuerda que la respuesta es “sí”. Las mamás que hemos transitado este camino lo sabemos, te entendemos.

Haz un lugar en tu casa para tu peque.

Busca una actividad o un lugar que te ayude a sentirte cerca de tu hijito.

El dolor de perder a un hijo no es solo emocional. Tu cuerpo duele. Descansa.

Apártate en lo posible de quienes no apoyan tu proceso de duelo. Vivir el duelo es suficientemente difícil sin sentirse juzgada.

Cuando nuevamente encuentres la risa y la felicidad, será más dulce que nunca. Abŕazalo, te lo mereces.